Las autoridades aún dudan sobre la liberación de los drones
como vehículos destinados a la entrega de paquetes comerciales. Los principales
jugadores del mercado parecen haber enfriado un poco sus planes originales, y
el accidente del dron postal ruso durante su vuelo inaugural en abril pasado no
hizo nada para mejorar las cosas. Estos hechos sugieren que la tecnología
requiere varios años más de desarrollo, y una posible solución sería dotar al
dron con mayor flexibilidad. Ese aspecto es el que han decidido optimizar en el
JSK Lab de la Universidad de Tokio. El proyecto se llama DRAGON, y necesitas
verlo en acción.
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