Los ejemplos más frecuentes de impresión 3D
se limitan a simples adornos o pruebas de concepto que no tienen
ninguna utilidad específica. Lo que en realidad estamos esperando es una
aceleración de la llamada impresión 3D funcional, y para ello necesitamos máquinas como la Voxel8, una impresora 3D que además de trabajar con plástico, también es compatible con una tinta conductiva especial, permitiendo así la creación de circuitos impresos.
Hemos visto diseños de todo tipo, y la Web se está llenando de modelos gratuitos que cualquiera con una impresora 3D puede reproducir sin costo (obviamente ignorando el plástico, la electricidad y el tiempo). Algunas de las figuras son en verdad increíbles, y casi imposibles de reproducir a mano. Pero son aquellos casos de impresión funcional los que llaman nuestra atención. Además de restaurar objetos y reparar mecanismos, la impresión 3D está literalmente salvando vidas, con reconstrucciones faciales, trasplantes de vértebras, e implantes craneales.
Todos sabemos que una de las prioridades entre las impresoras 3D es
bajar su precio. Sin embargo, también deben ganar poderosas funciones
que multipliquen su potencial. Hoy nos encontramos con la Voxel8, y su truco principal, son los circuitos impresos.
En más de una ocasión escuchamos hablar sobre tinta conductiva (léase conductora), utilizada para realizar pequeñas reparaciones en accesorios como mandos a distancia, e incluso teclados de ordenador (al tener que lidiar con membranas de veinte años o más, la tinta conductiva es una de mis mejores aliadas). El problema es que su conductividad no es tan buena
que digamos. Podemos corregir brechas de un par de milímetros, pero
cualquier diseño complejo queda fuera de la ecuación. Con la Voxel8 esto cambia por completo gracias a su tinta conductiva especial basada en plata, que es cinco mil veces más conductiva
que sus hermanas de carbono. La Voxel8 puede ser programada con pausas
estratégicas que le dan al usuario el tiempo suficiente para incorporar
componentes externos a cada circuito. El resultado final es una creación
con un circuito 3D interno, completamente protegido de los elementos, algo fundamental a la hora de fabricar objetos como un cuadricóptero.
El software de la impresora Voxel8 fue desarrollado por nada menos que Autodesk bajo el nombre Project Wire,
y ha sido pensado especialmente para la creación de circuitos 3D. Todo
esto suena muy bien, aunque debemos enfrentar la realidad: El costo de
la Voxel8 es bastante alto. El modelo estándar tiene un precio de 8.499 dólares, y requiere 500 dólares de depósito. También existe una opción de 8.999 dólares
que duplica la cantidad de plástico PLA y tinta conductiva, además de
garantizar el acceso anticipado a nuevos materiales compatibles. Las
primeras unidades serán entregadas a fin de año.
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