jueves, 11 de enero de 2018

LA VERGÜENZA DE SER EXTRATERRESTRE

Sé que suena extraño el título, pero en verdad considero que es algo extraño.
Desde hace muchos años (ya casi medio siglo) vengo bromeando con eso de que “definitivamente soy extraterrestre” cuando me enfrento a una situación social en la cual considero que lo correcto debe ser todo lo contrario a lo que veo, o por ejemplo, cuando veo cosas con facilidad y el resto de la gente ve todo lo contrario o simplemente no ve nada.
Pero el plano social es una cosa y el físico otra, y allí es donde empieza la vergüenza. Creo que dentro de todas estas cosas (que no son pocas) está lo que yo mismo, a falta de un término médico, he denominado ANOSMIA SELECTIVA INVERSA.
Empecemos por el principio. La anosmia se define como la pérdida del sentido del olfato, la cual yo padezco... de forma selectiva e inversa. 
De pequeño, mi hermana cortaba flores del jardín y me las acercaba, para mi completa confusión, a la nariz. Naturalmente no entendía el concepto, para mí la nariz servía para respirar, no tenía otra función hasta donde podía entender, aunque había notado que ciertas cosas como el humo me producían una sensación peculiar en la nariz, pero no fue si no hasta los 10 años de edad cuando empecé a asociar el concepto de que además del humo, las cosas podían producir una sensación en la nariz y que seguramente era esa la sensación que todos denominaban olor.
Con el correr de los años aprendí a la fuerza la importancia de la higiene personal, aunque para mí no había mayor diferencia, de forma teórica aprendí para qué había que usar jabón, champú, desodorante y perfume.
Pero hasta allí todo normal. Con el paso de los años (muchos años) entendí otro concepto extraño, cuando me resfriaba empezaba a percibir los olores de forma intensa y al no tener referencia alguna, para mí siempre fue una tortura. No sabía explicarlo bien e igual no importaba, nadie lo creía (aún hoy en día casi nadie lo cree).
El que pueda, hasta el día de hoy, percibir algunos olores y otros no, significa que mi anosmia es selectiva, aunque no logro conseguir en internet algún caso similar, pero que mi anosmia desaparezca y empiece a percibir olores cuando me resfrío y mientras más fuerte tal resfrío, más intensos son los olores es lo que en definitiva me hace sentir extraterrestre, con la verguenza interna de no poder contarlo a nadie por miedo al ridículo.
Si bien el olfato es una cosa, el sentido del gusto se supone que no puede (o casi no puede) existir sin él. De nuevo soy extraterrestre. He hecho montones de veces diferentes experimentos para comprobar si en verdad puedo sentir sabores de forma similar al resto. He dado a probar a la gente comidas dulces, saladas, amargas y ácidas, todos sienten el mismo sabor que yo, incluso cuando alguien me dice que algo es demasiado dulce o salado yo siento lo mismo en la misma intensidad. También he hecho la prueba de comer con la nariz tapada, mientras la mayoría ve reducido el sabor o no sienten ningún tipo de sabor, yo siento la comida exactamente igual, no noto alguna diferencia.
Como entenderán, escribir todo esto en un blog es fácil, me convierte en un bloguero, pero andar por todas partes contando todo esto me convierte en extraterrestre y no lo hago porque en definitiva me da vergüenza que lo piensen.


miércoles, 3 de enero de 2018

ROBOTS PATRULLANDO LA CALLE


Y entonces llegó el día. El día en el que el primer robot caminó por las calles, haciendo su trabajo. 

La noticia explotó en las primeras semanas de diciembre, pero aún sigue haciendo ruido. La división San Francisco de la protectora SPCA desplegó un robot Knightscope para patrullar la zona cercana a sus instalaciones, en un intento por «disuadir» a los indigentes, y reducir incidentes como la aparición de agujas, o daños en vehículos.

Técnicamente, el Knightscope no tiene ninguna capacidad de utilizar fuerza (sea letal o no letal), pero viene equipado con cuatro cámaras, se mueve a una velocidad máxima de 4.8 kilómetros por hora, y sale más barato que un guardia de seguridad real, con un alquiler fijo de seis dólares por hora. La SPCA reportó que en su primera semana de «trabajo», el robot fue cubierto con una lona, golpeado, derribado, atacado con salsa (para cubrir sus sensores), y según algunas personas en Twitter… con excremento