Pues bien, no voy a hablar de cuál es el secreto para ser exitoso en la vida, aún sigo buscando la respuesta a esa interrogante. Más bien quiero reflexionar respecto a las persona exitosas con las que he tenido el gusto de conocer e interactuar y de algunos hechos que pueden considerarse secretos a voces.
Aún no sé con certeza si las personas, a fin de lograr el éxito, tienden a aislarse del mundo real o es todo lo contrario, al tener éxito tienden a aislarse. Y a aislarse del mundo real es una de las cosas que más temo en mi vejez, porque ello significa desconectarse del mundo real lo cual ciertamente considero insano, casi una variante del Alzheimer.
Hace pocos años leí una simple nota que me causó un impacto tremendo, si bien no proviene de un gran pensador si proviene de una gran actriz. Meryl Streap comentaba en una entrevista que ella era responsable de planchar toda la ropa de su familia, y que estaba prohibido que alguien más lo hiciera, era su responsabilidad porque decía que era la mejor manera de mantenerse conectada al mundo real y por tanto sentirse viva. Sumamente interesante, aunque imagino la cantidad de situaciones a las que esa responsabilidad conlleva.
Hace poco tiempo fui llamado por el dueño de una gran empresa para dar una charla de capacitación a los empleados. Yo le explicaba que la forma como lo planteaba no era la mejor y que, basado en mis más de 20 años de experiencia, le aconsejaba hacerla de otra forma que mi experticia dictaba como más eficiente.
Mi argumento giraba en torno a la motivación y le explicaba que en un aula siempre hay personas que no desean estar allí, en especial cuando la capacitación era obligatoria y en horas fuera del horario de trabajo, por lo que había que abordar otras estrategias. Se mostró visiblemente ofendido diciendo que sus empleados no eran de ese tipo, que siempre estaban motivados al 100% e inmediatamente cambió el tema.
Luego de la reunión recibí un correo donde me explicaba que para el momento la empresa pasaba por un momento de reestructuración y por lo tanto los recursos destinados a la capacitación debían ser desviados y bla, bla, bla y que muy apenado tenía que declinar la idea de realizar la capacitación.
Inmediatamente le comenté la situación a un amigo que es empleado de este gerente y me explicaba que éste se consideraba una especie de iluminado y que no aceptaba que nadie lo contradijera, siempre sentía tener la razón, respaldado por el hecho de su éxito empresarial, y que todos sus empleados le seguían la corriente para evitar problemas pero que en secreto se reunían a burlarse de sus locuras y de su falta de tino para entender el mundo real y que simplemente todos fingían. Me comentó que muchas veces le quitaba la pala a los obreros y les explicaba la forma correcta de mezclar el cemento. De nuevo los obreros observaban atentos y diligentes, para luego mofarse de su necesidad de ser considerado un Dios. Aunque exitoso en el ámbito empresarial, se mostraba totalmente desconectado del mundo real.
Por otro lado, un gran amigo que tiene una empresa enfermó y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente. Luego, le fue dictaminado un reposo médico el cual no obedeció por sentirse físicamente muy superior al promedio, de nuevo el ego debido el éxito en la vida impidiendo ver con claridad el mundo real. Naturalmente esto le hizo volver a estar en cama, y de nuevo el tratamiento, el cual tampoco obedeció por segunda vez y que lo llevó a estar en cama por tercera vez y esta vez al borde de la muerte. Lo irónico es que luego tuvo de nuevo un reposo que siguió a medias y a regañadientes de familiares y empleados. Nunca logró entender la desconexión del mundo real que sufría, el entender que en el fondo todos somos iguales, que el éxito es solo una faceta de nuestras vidas, que no es nuestra vida.
Entonces me miro a mí mismo y me pregunto si en el momento que logre alcanzar el éxito que deseo voy a desconectarme del mundo, y si eso llegara a pasar, si recordaré este escrito y si podré volver a poner los pies en la tierra. El tiempo dirá.